Viaje a Tailandia: 20 días de aventuras, exotismo y cultura

El viaje a Tailandia es una de esas experiencias que merece la pena contar. En este caso, me dispongo a relatar mi aventura de 20 días en este maravilloso país del sudeste asiático. ¿Por qué hoy te quiero hablar de un viaje a Tailandia de 20 días? Pues bien, en este tiempo es posible visitar una gran cantidad de lugares icónicos, disfrutar de la cultura, la gastronomía, las playas paradisíacas y vivir experiencias únicas que permanecerán en la memoria para siempre. A continuación, relato día a día mi recorrido por este país tan fascinante.

Al fin llegó el momento de aterrizar en Bangkok, la capital de Tailandia. Después de un largo vuelo, la emoción y la expectativa eran palpables en el ambiente. Una vez instalados en el hotel, nos dispusimos a dar un paseo por los alrededores y a probar la deliciosa comida callejera tailandesa. El bullicio de la ciudad, los olores, los colores y la amabilidad de su gente nos dieron la bienvenida a este fascinante país.

La mañana la dedicamos a visitar algunos de los templos más emblemáticos de la ciudad, como el Wat Pho, famoso por albergar el Buda reclinado más grande de Tailandia, y el Wat Arun, situado a orillas del río Chao Phraya. Por la tarde, nos adentramos en el caótico y fascinante barrio de Chinatown, donde nos dejamos llevar por sus estrechas calles repletas de puestos de comida, tiendas y templos chinos.

Este día lo dedicamos a recorrer el enorme mercado de Chatuchak, donde perdimos la noción del tiempo entre puestos de ropa, artesanía, antigüedades y una infinidad de objetos. Por la tarde, nos dirigimos a la zona comercial de Siam, un paraíso para los amantes de las compras, con modernos centros comerciales repletos de tiendas de diseño, restaurantes y cines.

Nos adentramos en la auténtica esencia tailandesa visitando los mercados flotantes situados en las afueras de Bangkok. Allí, nos embarcamos en pequeñas barcas y navegamos entre puestos de frutas, verduras y comida típica, viviendo una experiencia única y colorida. De regreso a la ciudad, aprovechamos para disfrutar de la animada vida nocturna de Bangkok.

Decidimos hacer una excursión a Ayutthaya, la antigua capital del Reino de Siam, para admirar sus impresionantes ruinas y templos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El contraste entre la grandiosidad de estos monumentos y la tranquilidad que los rodea nos dejó sin aliento. Sin duda, un lugar imprescindible en cualquier visita a Tailandia.

Nos desplazamos al norte del país para conocer Chiang Mai, una ciudad encantadora llena de templos, mercados callejeros y una atmósfera serena. Pasear por su casco antiguo y visitar el bullicioso mercado nocturno fue una experiencia inolvidable. Además, tuvimos la oportunidad de participar en una clase de cocina tailandesa, donde aprendimos a preparar platos típicos del país.

Nos adentramos en la naturaleza del norte de Tailandia con una emocionante jornada de trekking. Atravesamos paisajes de selva, nos detuvimos en pequeñas aldeas, interactuamos con la gente local y disfrutamos de las impresionantes vistas de las montañas que rodean Chiang Mai. Sin duda, una aventura que nos conectó con la autenticidad del país.

Para refrescarnos del calor, nos dirigimos hacia las cascadas de Bua Tong, donde nos dimos un baño en aguas cristalinas y disfrutamos del entorno natural. Posteriormente, vivimos la emoción del bambú rafting por el río, una actividad acuática llena de diversión y adrenalina. La combinación perfecta entre naturaleza y aventura.

Nos desplazamos hacia el sur de Tailandia, concretamente a la provincia de Krabi, conocida por sus impresionantes paisajes de acantilados y playas de aguas cristalinas. La llegada al hotel nos regaló unas vistas de postal, y la tarde la dedicamos a relajarnos en la playa y a contemplar la puesta de sol desde un entorno incomparable.

Exploramos los alrededores de Krabi con una excursión en barco a Railay Beach, una playa mundialmente conocida por su espectacular belleza y su ambiente tranquilo. Además, visitamos las famosas 4 islas, donde pudimos hacer snorkel, nadar en aguas turquesas y relajarnos en playas de ensueño. Un paraíso terrenal.

Nos adentramos en un tour por las Islas Hong, un archipiélago de islas deshabitadas conocidas por su exuberante vegetación, aguas cristalinas y formaciones rocosas impresionantes. Realizamos kayak entre cuevas y acantilados y disfrutamos de la tranquilidad de la naturaleza en estado puro.

No podíamos perdernos la visita a las famosas islas Phi Phi, uno de los destinos más icónicos de Tailandia. Hicimos una excursión en barco, visitando Phi Phi Don y Phi Phi Leh, donde pudimos explorar la paradisíaca bahía de Maya, escenario de la película «The Beach». Sin duda, un día de postal.

Continuamos explorando las islas Phi Phi con una visita a Phi Phi Don, la isla principal, donde disfrutamos de playas de arena blanca y aguas turquesas. Además, realizamos una parada en Mosquito Island y Bamboo Island, dos pequeños paraísos naturales ideales para el snorkel y el relax absoluto.

Nos despedimos de las islas Phi Phi para dirigirnos hacia la exuberante isla de Koh Phangan, famosa por sus fiestas en la playa, pero también por la tranquilidad y belleza de sus paisajes. La llegada a la isla nos recibió con un ambiente relajado y una naturaleza exuberante.

Exploramos las playas del oeste y norte de Koh Phangan, descubriendo rincones de ensueño donde la selva se encuentra con el mar. Además, tuvimos la oportunidad de asistir a una fiesta en la playa, una experiencia original y divertida que nos permitió conectar con la energía positiva de la isla.

Nos disponemos a explorar las playas del este de la isla, conocidas por su tranquilidad y sus aguas cristalinas ideales para el snorkel. Nos sumergimos en un mundo subacuático lleno de color y vida

Viaje a Tailandia: 20 días de aventuras, exotismo y cultura

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *